La industria deportiva es un negocio tan superlativo que genera actividades económicas paralelas de similar calibre. Una de éstas actividades es el mercado de las apuestas, donde el azar acostumbra a ser el que determina el balance final, aunque en otras ocasiones, como en lo sucedido ante el Barça ‘B’ y el Eldense (12-0 favorable al filial azulgrana), hay otros factores ilícitos que influyen en la ganancia o en la pérdida de dinero.
Con tantas variables interviniendo en el proceso, la mayoría de éstas incontrolables o controladas por las casas de apuestas, el mercado se convierte en una burbuja impredecible. Pese a ser un sector regulado, el mundo de las apuestas empieza a perder credibilidad por un sinfín de cláusulas abusivas para los usuarios en sus términos y condiciones.
Dichas plataformas se guardan los derechos a restringir una apuesta del usuario e incluso a anularla apuesta realizada por supuestos errores técnicos, y todo ello sin que los órganos reguladores hagan nada.
La relación entre las distintas casas de apuestas y los usuarios está descompensada. Cada vez son más los que reclaman un servicio de atención al cliente mayor y mejor ante una carencia regulatoria evidente que otorga un poder excesivo a los que definen las cuotas (casas de apuestas), y no a los que juegan en ellas (usuarios y a su vez clientes).
Partiendo de éste déficit evidente de objetividad y rigurosidad en el proceso del mundo de las apuestas, Sport Social Market genera un valor añadido; una relación con el usuario más calibrada y medible. Así, Sport Social Market agrupa lo mejor década sector, con un enfoque hacia el trading y la inversión sobre el mundo del deporte (empezando por el fútbol) aportando al usuario garantías reales en todos los aspectos. Información más precisa, condiciones más equitativas, y una relación plataforma - usuario más compensada.
Menor riesgo, misma emoción y diversión, y mayor rentabilidad y control sobre la inversión. Eso es Sport Social Market.